Naming. Cómo crear un buen nombre para tu proyecto
Si el título te resulta esperanzador, lo siento, pero no es lo que parece🤭. Cuando termines de leer este artículo no estarás listo/a para formular el nombre de tu cliente o de tu marca. A la pregunta: ‘¿Cómo construir un buen nombre para mi proyecto?’, la respuesta, al menos por mi parte, sería clara y concisa: ‘con tiempo, ganas y constancia’. No tendrás la guía definitiva que -quizás- esperabas pero si que te doy info de lo más valiosa. Te explico👇🏼.
¿Qué es naming?
Comencemos por lo esencial: definamos “naming”.
Naming es el proceso creativo por el cual se determina el nombre de una marca, compañía, objeto o servicio. Ánalisis, directrices, creatividad e intuición convergen de acuerdo a una estrategia de marca global.
Así, en una conversación entre amigos, podríamos resumirlo como: ‘crear el nombre de una marca o servicio’.
¿Por qué es importante?
Es viernes y tienes una cita a ciegas con una tal Bárbara Belucci. BÁRRRR-BA-RA. Te la imaginas con look sexy y melena de ensueño como mínimo.
Primer día de universidad. Esperas impaciente en los pasillos y en la puerta del aula anuncian el nombre del profesor: ‘Doctor Armando Casitas’’. Carcajada instantánea asegurada.
Es nuestra tarjeta de presentación. Básicamente por esto es taaaan importante un buen nombre. Solo un par de palabras han sido suficientes para armarnos una idea de dos personas que no hemos visto nunca. Lo mismo ocurre con las marcas. Es un elemento diferenciador básico que se asocia irremediablemente con valores, comportamientos o incluso con un tipo concreto de personalidad.
El nombre de nuestra marca representa valores, posiciona y construye vínculos casi inmediatos con nuestras audiencias
Algunos principios básicos
Coherencia: ha de estar alineado con la estrategia, personalidad, arquitectura y valores de nuestra marca.
Originalidad: ¡Ha de diferenciarnos de la competencia! Evitar términos genéricos es importante para posicionarnos.
Memorabilidad: que resulte fácil de recordar.
Idioma: ten siempre en mente a tu consumidor final y su contexto ;)
De fácil lectura y pronunciación
Connotaciones: es importante comprobar que en otras culturas no adquiera distintos significados tanto si queremos internacionalizar nuestro proyecto como si no.
Evita las tendencias: ¡Piensa a largo plazo!
Adaptabilidad: piensa en los diferentes contextos, canales y aplicaciones que tendrá tu marca.
Con significado amplio: lo idóneo es que el nombre elegido no restrinja las posibilidades de desarrollo de nuestro negocio. Por ejemplo: si la archiconocida “Adidas” se hubiera llamado “Adidas footwear” no le hubiera permitido el desarrollo de otras lineas de negocio, como por ejemplo, la venta de equipamiento deportivo o moda de calle
Estos principios básicos o normas son útiles para tenerlas en cuenta durante el proceso creativo pero, entre tú y yo… ¡Las normas están para saltárselas! Sino que se lo digan a Goodyear (¿llamar ‘buen año’ a una marca de neumáticos?🤪) o a Orange (Venga, pongamosle ‘Naranja’, por decir algo). Pues ahi están, marcas consolidadas perfectamente construidas y reconocibles✨.
Aquí la mismísima Pepsi haciendo referencia a su nombre y usando el humor de forma sublime👇🏼:
Tipos de nombre
Descriptivo: describe la propia actividad de la compañía o alguno de sus servicios. Ej.: Gas Natural, Telefónica.
Nombre personal: fácil. Es el fundador o personalidad notable para la corporación quién da el nombre a la compañía: Ej.: Jean Paul Gaultier, Versace.
Acrónimo: son palabras formadas por siglas o abreviaturas. Ej.: IBM, BMW.
Etimológicos: hace referencia al origen de la palabra, procedentes de idiomas antiguos como el griego o el latín. Ej.: Volvo, Nivea.
Abstracto: carece de significado, son inventadas, pero tienen la ventaja de ser muy inspiradoras y creativas. Ej.: Twitter, Kodak.
Sugerente: juegos de palabras construidos para crear sensaciones o relacionarlos con una experiencia o algún beneficio directo. Ej.: Iberia express (comunica una ventaja), Lexus (se asocia con la palabra ‘lujo’).
Onomatopeya: imitar sonidos naturales puedes ser bastante mágico. Ej. Kit Kat, Boing.
Evocativo: construimos una palabra nueva a partir de una raiz con significado. Ej. Vueling, Bankia.
Neologismo: nueva palabra construida a partir de una o varias palabras que ya conocemos. Ej.: Movistar, DropBox.
Conceptuales: ¡Arriba el storytelling! Amazon o Jaguar tienen unas historias de lo más curiosas tras su nombre. Este tipo de nombres crean un universo alrededor de ellos asociándolo a conceptos y valores de la marca. Flexible y bastante potente por norma general.
¿Cómo crear un buen nombre?
Y aquí me remito al párrafo de la introducción de este artículo: con tiempo, ganas y constancia.
En mi humilde opinión, no hay nombre más o menos correcto, sino la capacidad de crear significado de la marca en el desarrollo de su discurso en los distintos puntos de contacto.
Por supuesto si nombre y discurso son coherentes, ¡genial! ¡Estupendo! ¡Maravilloso! Pero, ¿qué me dices de llamar “manzana” (Apple) a una compañia de productos electrónicos? ¿No te parece que Schweppes tira por la borda el principio de memorabilidad, fácil lectura y pronunciación de una sentada? Ambos son elecciones geniales que, aunque no entren dentro de lo establecido como ‘norma’, han sido bien trabajadas posteriormente.
Con esto quiero decir que, si, el nombre es muy importante, pero más importante aún es pasar a la acción y adquirir significados en el mercado.