Diez razones por las que el activismo de marca ha venido para quedarse
Que nos encontramos en un momento histórico repleto de cambios sociales e incertidumbre es bien sabido por todos: una crisis sanitaria con su correspondiente estado de alarma social, la situación de emergencia climática que ha convertido la sostenibilidad en protagonista del día a día de muchos de nosotros, nuevos discursos en torno a la identidad de género, activismo para visibilizar cuerpos 'no normativos', la necesaria lucha feminista, la salud mental, la batalla contra la discriminación por raza…
Esta transformación y cambio de paradigma nos afecta más allá de nuestro comportamiento como ciudadanos y, sin duda, llega también al mundo de los negocios y, por ende, a las marcas.
Hoy, el objetivo de las marcas, va más allá de multiplicar su alcance o conquistar el –ya un pelín obsoleto– top of mind. Actualmente las marcas han de crear significados, comunicarlos y llevarlos a la acción. Conquistar al público no solo con palabras con bonitas sino con hechos. En definitiva, el activismo de marca se encarna a la perfección en la frase popular: “Más vale un gramo de hacer que un kilo de decir”😄.
Las marcas han de crear significados, comunicarlos y llevarlos a la acción
El ‘activismo de marca’ es un tipo de activismo en el que las corporaciones toman conciencia y juegan un papel activo en el proceso de cambio social. Se da cuando las compañías muestran preocupación más allá de los beneficios económicos y se involucran en las comunidades en las que distribuyen su producto o servicio; así como por sus problemas sociales o ambientales, lo que les permite establecer relaciones basadas en la creación de valor.
Más allá de profundizar teóricamente sobre el término, hoy quiero darte diez razones por la que el activismo de marca no es un concepto de moda pasajero, sino que es una perspectiva tan acertada como necesaria en la que las marcas se implican socialmente y se preocupan activamente por sus públicos.
Un nuevo contexto
Cuanto antes asumamos que el mundo ya no es el de hace un par de años, mucho mejor. El activismo de marca, antes de la pandemia, era importante, pero, hoy día, se ha convertido en una prioridad. Aquellas campañas comprometidas con el medio ambiente que fueron tendencia, hoy son una convicción y un compromiso real.
Si tu marca no empieza a adoptar comportamientos más éticos y participar activamente en crear un entorno más sostenible, mucho me temo que le será complicado mantenerse en esta nueva realidad.
2. ¡Hola Top of heart!
Querida marca: si no llegas al corazón de tus clientes, estás muerta. Sorry not sorry. El branding ha de ser estratégico y racional pero enfocado a la par a establecer conexiones emocionales. No es suficiente con ocupar una posición privilegiada en la memoria de nuestro público. El mercado está taaaan saturado de productos y servicios que, para generar probabilidad de compra, hemos de ir más allá.
→ ¿Una recomendación?: conoce a tu consumidor.
3. Storytelling Storydoing
No es suficiente con contar una historia (Storytelling), sino que tendremos que llevarla a la acción. Para ello tendremos que implicar a nuestro grupos de interés para que formen parte de la experiencia de nuestra marca. Crearemos escenarios bidireccionales para convertir en protragonistas a los distintos públicos (empleados, accionistas, partners…)
→ ¿Una recomendación?: Crea un plan de acción concreto para cada público y distingue los canales para las distintas acciones. ¡Da vida a la historia de la marca!
4. Confianza
Compartir valores y preocupaciones hará que una relación de pareja, amistad o familia progrese en el tiempo. Pues lo mismo ocurre con la relación marca–consumidor. Probablemente los interesados en nuestra comunicación se reduzcan en número porque con nuestro activismo estemos haciendo una clara declaración de interiores que hará que el publico interesado sea menor, pero, ¿acaso no es este uno de los primeros mandamientos del branding? Comunicar en un tono generalista e intentar seducir a todos, hoy día, es una tarea inútil. Hemos de gestionar y activar nuestra marca pensando en seducir a nuestro consumidor.
→ ¿Una recomendación?: define claramente tus valores y comunícalos activamente.
5. El poder de las redes sociales
Vivimos rodeados de tecnología: para trabajar, para relacionarnos con nuestra familia, para nuestros hobbies… Hoy día las redes sociales se han convertido en un medio donde generar, compartir y reivindicar opiniones e intereses con un poder infinito. La relación marca-consumidor se vuelve bidireccional y las redes sociales conectan directamente a las marcas con sus clientes. Lejos de tenerles miedo, saquémosle todo el jugo. Escuchemos las necesidades de nuestras audiencias.
→ ¿Una recomendación?: Dentro de tu plan estratégico escoge cuales son los canales idóneos para crear tu comunidad. Quizás Instagram no es la mejor red social para tu marca de maquinaria industrial pero si lo es para tu desarrollar tu marca personal. Quizás LinkedIn no es la mejor red para crear una comunidad de tu proyecto de runners en Madrid, pero si lo es para tu despacho de abogados especializado en registro mercantil.
6. Empleados motivados
Compartir valores no solo con nuestro cliente objetivo, sino trabajarlos activamente desde dentro de la organización para con nuestro equipo. Un trabajador motivado será infinitamente mas productivo, además de ser un prescriptor de la marca allá donde vaya. Encontrar un equipo alineado con los valores del proyecto multiplicará el valor, el sentido de pertenencia y la reputación de la marca, además de atraer talento a la organización. Es lo que se conoce como employer branding.
→ ¿Una recomendación?: Incluye en la estrategia de tu marca un plan para activar la cultura de tu organización. Ten en cuenta siempre la perspectiva de los empleados.
7. Activa el propósito
Retos compartidos e intereses mutuos (más allá de la venta). Si el propósito de la marca va de la mano del propósito social convertirá al público en aliado fiel y a la marca en un factor de cambio. Si la compañía logra comprometerse con las necesidades reales de sus clientes a través de su propósito será algo mágico y, muy probablemente, nos ofrezca relaciones a largo plazo entre la marca y su público..
→ ¿Una recomendación?: Comunica el propósito a toda la organización, desde la dirección, mandos ejecutivos intermedios a el empleado que está en 'primera linea'.
8. Más que un consumidor: ‘ciudadano’
Vivimos en la era de la información y el consumidor tiene mas poder que nunca. Cada vez está mas obsoleto el perfil de cliente con un patrón típicamente consumista, sino que nos encontramos con un público comprometido que exige que las marcas sean mucho más que un producto o servicio. El consumidor_ciudadano consciente quiere consumir marcas que se posicionan y que transmiten sus propios valores personales.
→ ¿Una recomendación?: igual que el entorno es cambiante tu marca también puede serlo. Es un buen momento para replantearte la razón de ser de tu proyecto. Los mercados evolucionan, ¿por qué no iba a hacerlo tu proyecto?
9. People first
O lo que es lo mismo: las personas en el centro de la toma de decisiones. Comprender que nuestros valores y el bienestar (tanto de nuestro cliente como de nuestros empleados) es la mejor vía hacia el crecimiento de nuestra corporación y de la sociedad.
→ ¿Una recomendación?: Toma la iniciativa y acércate a las personas que rodean a tu marca.
10. Un estilo de vida
El concepto 'vida saludable' se ha convertido en un estilo de vida del que parten muchas decisiones de consumo actuales. El consumidor opta por marcas acordes a sus principios: responsable con el medio ambiente, que cuide a sus trabajadores, que no teste en animales, que no tenga comportamientos racistas…
→ ¿Una recomendación?: Investiga cómo es el día a día de tu consumidor ideal: cómo consume. qué le emociona, cómo se relaciona con sus seres queridos, a qué dedica su tiempo de ocio…
En resumen, la concienciación social y medioambiental es innegable y las marcas han de adoptar posturas firmes. Más allá de 'parecer' han de 'ser'.
